El proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo espera en el Congreso y, si llega al recinto, les tocará a los nuevos diputados participar del debate. Tres de los cuatro candidatos se manifestaron contra la aprobación y uno, a favor. En el primer grupo se encuentran Ricardo Bussi (Fuerza Republicana); José Cano (Cambiemos) y Osvaldo Jaldo (Frente Justicialista). En el otro, Ariel Osatinsky (Frente de Izquierda).
Los candidatos coinciden en que los debates deben ser más frecuentes en la provincia
Datos de la OMS advierten que la mayor cantidad de abortos inseguros se practican en América latina, Asia y África. Cifras oficiales señalan que las complicaciones en la salud que derivan de estas prácticas son la principal causa evitable de mortalidad materna en el país.
Bussi afirmó que cree en la defensa “absoluta” de la vida desde la concepción, de acuerdo con el catolicismo. “El Papa nos dice en una de sus encíclicas que no es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida”, citó. Aclaró que la máxima figura de la Iglesia reconoce que se hizo poco para acompañar a las mujeres que se encuentran en situaciones duras y añadió que, tal como plantea Francisco, no se puede dejar de comprender situaciones de dolor. Añadió, sin embargo, que subraya la importancia del cuidado de los niños por nacer.
Uno por uno: así fue el desempeño de los cuatro candidatos en el debate de Panorama Tucumano
Cano se pronunció también a favor de la vida. “Siempre me manifesté así y trabajamos cuando presidía la comisión de Salud del Senado”, consignó el ex titular del Plan Belgrano. “Tucumán se tiene que adherir a la ley de salud reproductiva, La educación sexual es fundamental y debe llegar a todos los sectores. En la provincia hay un enorme déficit”, consignó.
Jóvenes lamentan que no hayan sabido debatir
Jaldo, por su parte, aseguró que está a favor de la vida y que no sólo es una manifestación verbal, sino que trabajó por ello. “Como presidente de la Legislatura llevamos adelante varias jornadas sobre los derechos de los niños por nacer, con instituciones que trabajan con la Iglesia”, recordó. Advirtió, sin embargo, que “no hay duda de que pueden haber casos particulares y excepciones, pero deben ser los profesionales idóneos quienes las deben determinar”.
“Vivimos en un régimen social abortista. Las condiciones de vida, las violaciones o la necesidad de preservar un trabajo son, en la mayoría de los casos, la causa de los abortos provocados. También los que se producen de forma llamada ‘espontánea’ tienen su origen, en muchos casos, en las malas condiciones laborales o de angustia que viven las mujeres debido a su condición social o el maltrato intrafamiliar”, sostuvo Osatinsky. “Las mujeres solventes van a clínicas con todos los recaudos. Las pobres recurren a métodos bárbaros y es lo que explica la cantidad de mujeres que mueren por falta de atención médica, o que quedan con secuelas”, lamentó. “Para dar una salida planteamos: educación sexual, científica y laica en las escuelas; anticoncepción sin ningún tipo de restricciones; separación de la Iglesia de la educación y el Estado, y aprobación del proyecto de aborto legal, seguro y gratuito para no morir, presentado por la Campaña nacional por el derecho al aborto”, concluyó.